Flacidez en la piel del rostro ¿Cómo tratarlo?

Flacidez en la piel del rostro, ¿Cómo tratarla?

La flacidez facial es una condición única y personal que nos afecta a todos los individuos. Se entiende como una condición cosmética que ocurre cuando la piel del rostro pierde firmeza, volumen y elasticidad, debido a la disminución de la producción de dos proteínas: elastina y colágeno, las cuales generan una evidencia física de descolgamiento en la piel del rostro, que se puede desencadenar por múltiples factores, como:

• Carga genética
• Factores ambientales (radiación solar)
• Contaminación
• Hábitos inadecuados (como ser fumador, uso indiscriminado del tabaco, estrés)
• Vida sedentaria y cambios de peso

¿Cuáles son los síntomas de la flacidez?
Se empieza a evidenciar pérdida de definición en el óvalo facial, bolsas en los ojos (párpados caídos), descolgamiento en el área de la papada, arrugas más prominentes en los surcos alrededor de la boca, aparición de arrugas periorales y pliegue de marionetas en las comisuras labiales.

¿Cómo podemos tratar la flacidez facial?

Antes de responder, es importante preguntarnos cómo podemos prevenirla. El envejecimiento de la piel es un proceso natural e inevitable que ocurre con el paso del tiempo y de manera única en cada persona. La piel comienza a experimentar cambios en su apariencia y textura, principalmente debido a la pérdida de colágeno y grasa facial.

Entonces, ¿Cómo podemos empezar a prevenirla?

Adoptando hábitos alimenticios saludables
Practicando gimnasia facial
Durmiendo bien
Evitando el consumo de alcohol y tabaco
Manteniendo una hidratación adecuada
Protegiendo la piel del daño solar: Usar un protector solar adecuado para nuestro tipo de piel.

Estos pequeños cambios en la rutina diaria pueden generar grandes resultados y contribuir al cuidado de la piel durante el proceso de envejecimiento.

Sin embargo, como ya se mencionó, el envejecimiento es un proceso inevitable; existen varios tratamientos médico-cosméticos y quirúrgicos para mejorar la apariencia de la piel. Es importante tener en cuenta que cada persona y paciente son únicos, por lo que se requiere una evaluación individual para determinar cuál es la mejor opción de tratamiento.

Tratamientos médico-cosméticos:

Rellenos dérmicos: Aquí hablamos de ácido hialurónico, que ayuda con la hidratación de la piel, rellena arrugas y surcos, genera un efecto rejuvenecedor en el rostro y realza zonas específicas. Es un procedimiento no quirúrgico, no doloroso, con resultados inmediatos y reversible.
Hilos tensores: Estos hilos brindan un efecto lifting sin cirugía, con resultados inmediatos. Buscan proporcionar un aspecto más joven, mejorar la calidad y textura de la piel, ya que estimulan la producción de colágeno. La recuperación es rápida y los resultados son personalizables (se usan para elevar las mejillas, reafirmar el cuello, dar simetría al rostro, reafirmar el contorno facial, entre otros).
Bioestimuladores faciales: Existen dos grandes grupos: hidroxiapatita de calcio y ácido poliláctico. Su objetivo es tratar las líneas faciales, las líneas de expresión, arrugas faciales, la pérdida de volumen facial y mejorar la apariencia de las cicatrices de acné. Sin embargo, los resultados visibles varían según el tiempo de aplicación.
Uso de retinoides: Estos actúan en la epidermis, ayudando a mejorar manchas y la textura de la piel.
Uso de vitamina C: Garantiza y estimula la síntesis de colágeno. Se presenta en serums o ampollas.
Toxina botulínica
Suplementos de colágeno y vitamina A