La fotoprotección es fundamental para prevenir los daños que sufre la piel a diario. Sabemos que estos daños son causados por una exposición solar inadecuada, contaminación ambiental, temperaturas extremas —tanto de frío como de calor— y, recientemente, por la exposición prolongada a la luz visible de alta energía (HEV), emitida por fuentes artificiales como las pantallas.
Los fotoprotectores de uso tópico son esenciales para el cuidado de la piel, y podemos clasificarlos en dos tipos:
- Fotoprotector químico u orgánico: Funcionan absorbiendo los rayos solares UVB y UVA (tanto los de longitud de onda corta como larga), y los transforman en calor, que luego es liberado de la piel. Contienen ingredientes químicos orgánicos como avobenzona, benzofenona, tinosorb M, tinosorb S, octocrileno, dibenzotriazol, entre otros. Estos fotoprotectores suelen ser más ligeros al aplicarse sobre la piel, pero en algunas personas pueden provocar reacciones alérgicas de contacto o fotocontacto.
- Fotoprotector mineral o inorgánico: Conocidos también como filtros físicos, actúan como una barrera en la superficie de la piel, reflejando y dispersando la radiación solar. Entre sus ingredientes se incluyen partículas de dióxido de titanio (TiO2), óxido de zinc (ZnO), óxido de hierro y óxido de magnesio, entre otros. Son ideales para personas con piel sensible o reactiva, ya que tienden a ser menos irritantes y se pueden usar con seguridad junto con tratamientos dermatológicos o estéticos.
Es importante destacar que la radiación UVB es la principal responsable del eritema y las quemaduras solares, mientras que los rayos UVA inducen más estrés oxidativo, lo que genera alteraciones en el ADN celular y contribuye a la formación de tumores en la piel.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de piel es el tipo de cáncer más frecuente en el mundo, y la incidencia de melanoma está en aumento.
- Reducir el tiempo de exposición solar, especialmente entre las 10:00 a.m. y las 2:00 p.m.
- Usar ropa que cubra adecuadamente la piel, así como sombreros, gorras y gafas de sol.
- Aplicar fotoprotectores según tu tipo de piel.
En cuanto a los fotoprotectores, tanto los químicos como los minerales son efectivos, pero la elección depende de tu tipo de piel y tus preferencias personales. No olvides aplicarlos generosamente y reaplicarlos, al menos, tres veces al día.
Dra. Sandra González Cortés
Especialista en Medicina Estética
Instagram: @drasandragonzalez_c
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