En reconocimiento al día mundial del cáncer de piel, hablaremos sobre esta entidad frecuente en nuestro medio y daremos algunas recomendaciones que podemos aplicar en nuestra vida cotidiana.
El cáncer de piel es el tipo de cáncer más frecuente a nivel mundial, notándose un incremento progresivo en las últimas décadas, lo cual no sólo impacta negativamente en la calidad de vida de las personas que lo padecen, sino a nuestro sistema de salud por un aumento en los costos de tratamiento.
La principal causa es la exposición indiscriminada a la radiación solar o ultravioleta (UV) desde edades tempranas, que se asocia a otros factores predisponentes tales como:
- El número de episodios de quemaduras solares en la infancia (exposición solar intermitente e intensa)
- Estados de inmunosupresión
- Susceptibilidad genética
- Exposición a cámaras de bronceo y el fototipo, definido como la sensibilidad de la piel frente a la radiación UV, la cual se fundamenta en las características raciales, siendo las pieles con fototipos más claros las más sensibles.
El espectro de la radiación UV se divide en 3: UVA, UVB y UVC, de los cuales la totalidad de UVC y aproximadamente un 90% de los UVB son absorbidos por la capa de ozono, dejando como resultado que una parte de la radiación UVB y la totalidad de la UVA alcance la superficie de la tierra, generando diferentes efectos biológicos en nuestro organismo y, particularmente, en nuestra piel.
Medidas para reducir el riesgo de contraer cáncer de piel
Basado en lo anterior, es altamente importante la prevención primaria promoviendo medidas de fotoprotección desde la infancia y la adolescencia en cada una de nuestras familias, lugares de trabajo, instituciones educativas, entre otros. La fotoprotección comprende la suma de varias medidas entre las cuales se encuentra el uso de protector solar, sin embargo, para obtener un beneficio clínico óptimo, su uso siempre debe acompañarse de otras medidas complementarias e igualmente importantes como son:
- Evitar la exposición directa al sol particularmente en horas de mayor radiación UVB durante el día (10 AM a 2 PM)
- Búsqueda de la sombra
- Uso de sombrero de ala ancha o sombrilla
- Uso de prendas de vestir con manga larga y pantalón, gafas con filtro UV y películas de control solar en las ventanas.
Es importante mencionar que el protector solar ideal debe:
- Brindar protección uniforme contra la radiación UVA y UVB
- Contar con un factor solar de protección (SPF) ≥ 30
- Aplicarse en generosa cantidad (aproximadamente 2 mililitros para todo el rostro y cuello) 15 minutos antes de salir y re-aplicarlo durante el día cada 2 a 3 horas.
Como se mencionó previamente se debe desaconsejar el uso de cámaras o lámparas de bronceo, prefiriendo el uso de cremas o lociones autobronceadoras en caso de desear una tonalidad específica en la piel con un objetivo cosmético.
Finalmente, la prevención secundaria está dada por la detección temprana y tratamiento oportuno, por lo que es recomendable consultar a tu médico ante cualquier lesión sospechosa que presente signos de alarma tales como:
- Aparición reciente
- Crecimiento progresivo
- Cambios en la coloración, ulceración o sangrado.
Según la complejidad de cada caso, en nuestro país existe la posibilidad de recibir orientación y tratamiento por especialistas en dermatología oncológica u otras, siempre y cuando se requiera un manejo multidisciplinario.
Escrito por: Dra María Angélica Ospina Delgado – Especialista en Dermatología
Fellow en Dermatología Oncológica
instagram: @dramariaangelicaospina
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